En los últimos tiempos diferentes informes y diferentes estudios han ido señalando que la televisión, tal como ahora la conocemos, no tiene un futuro asegurado. Por una parte, las cifras de pago en lo que a televisión se refieren están viéndose resentidas.
Por otra, los grupos de población más jóvenes están abandonando de forma bastante masiva la televisión, porque prefieren acceder a los contenidos de una forma mucho menos estructurada que la que tele tradicional permite. Quieren acceder a los contenidos en el momento en el que les apetece verlos y cómo y dónde quieran. Y eso explica el siguiente punto: el VoD ha ido creciendo con fuerza en los últimos tiempos y cada vez son más los consumidores que echan mano de internet para acceder a los contenidos televisivos. Plataformas como Netflix o Amazon se están convirtiendo en cada vez una fuente más importante de contenidos y están concentrando a cada vez más y más audiencias.
Y una de las consecuencias que podría tener este ajuste podría ser la muerte del anuncio de televisión de toda la vida, ese que dura 30 segundos y que todos identificamos rápidamente con la publicidad televisiva.
El descontento con los anuncios y el desinterés ante ellos es cada vez más elevado. Un estudio de Arris, que citan en el análisis del periódico británico, señalaba que un 84% de los consumidores desearía poder saltarse los anuncios mientras ven un contenido en la tele. Un 60% de hecho lo graba o lo descarga de internet para así poder hacer lo propio con ellos.
La televisión está ya empezando a jugar con nuevos formatos y a intentar adecuarse a un mundo en el que los anunciantes quieren más datos y quieren ser capaces de llegar a los consumidores de otra manera. La tele, de hecho, está ya dando entrada a la publicidad programática, en el que es un algoritmo el que cuadra necesidades de anunciantes y ofertas por parte de los soportes. La previsión es que en 2015 la publicidad programática mueva el 4% de la facturación de la publicidad en televisión, aunque las cifras irán en aumento en los próximos años. Al fin y al cabo los gigantes de la televisión estadounidense ya han empezado a explorar estos formatos.