El sello de calidad Indicación Geográfica (IG), que entró en vigor el pasado mes de junio, permite etiquetar conocimiento y experiencia ancestrales propios a un terruño, con el fin de protegerlos y promover el “made in Francia” en el extranjero. Esta etiqueta valoriza los productos de exportación, permite prevenir la falsificación y reactivar la economía local.
Tal como sucede con los productos agrícolas y vitícolas con las denominaciones de calidad AOP e IGP, cerca de 200 objetos manufacturados y recursos naturales van a recibir la etiqueta IG en los próximos meses. Este sello de calidad permite también garantizar a los consumidores que el producto fue bien concebido en el territorio de origen y de manera auténtica. Entre estos productos destacan los paraguas de Aurillac, la joya en granate de Perpiñán, el encaje de Calais, la porcelana de Limoges o el jabón de Marsella.
Francia espera que la IG tendrá un efecto de “mancha de aceite”, pues se trata de una primicia en Europa. El Ministerio de Economía, Finanzas e Industria desea también que esta etiqueta contribuya a dar un mayor dinamismo a los territorios, incitando a las empresas a regresar su producción a las regiones, como el Nord-Pas-de-Calais, con el fin de reactivar el empleo local.
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Ministerio de Economía, Finanzas e Industria
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