Los ODS: qué son y cómo pueden contribuir las TIC #Tecnologia

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Por: Mario García

Conscientes de los desafíos globales que amenazan al mundo actual, el 25 de septiembre de 2015, los 193 países que integran la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobaron una resolución para definir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), enmarcados en la Agenda 2030. Por ello, el mundo cuenta con un plazo para cumplir el reto más ambicioso que hasta ahora se ha planteado este organismo. ¿Seremos capaces? ¿Cuáles son los escollos que amenazan este propósito?

¿Qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

Los ODS actúan sobre una lista propia de metas, algunas medibles y otras expresadas como mejoras sustanciales o incrementos. Para ello, se involucra tanto a gobiernos, organizaciones internacionales y líderes mundiales, sin olvidar a la ciudadanía, a la que se llama a colaborar desde la propia página de la ONU con esta “Guía para vagos para salvar el mundo”. 

Podríamos agrupar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la siguiente forma:
•    Desigualdad global
o    Fin de la pobreza.
o    Hambre cero.
o    Reducción de las desigualdades.

•    Corresponsabilidad de las Naciones
o    Paz justicia e instituciones sólidas.
o    Alianza para lograr los objetivos.

•    Desarrollo Económico
o    Trabajo decente y crecimiento económico.
o    Industria, Innovación e Infraestructura.

•    Retos del Siglo XXI
o    Igualdad de género.
o    Ciudades y comunidades sostenibles.
o    Producción y consumo responsables.
o    Vida de ecosistemas terrestres.
o    Vida submarina.

•    Universalización de derechos y servicios

o    Salud y bienestar.
o    Educación de calidad.
o    Agua limpia y saneamiento.
o    Acción por el clima.
o    Trabajo decente y crecimiento económico.
¿En qué momento nos encontramos?

Los organismos y agencias de Naciones Unidas han incluido estos objetivos en sus agendas, identificando cómo sus políticas, programas y proyectos contribuyen a la consecución dichas metas. Además, están midiendo su grado de contribución y exponiéndolo públicamente, mostrando un nivel de transparencia y responsabilidad importante. 

Si bien es cierto que las líneas de actuación están bien definidas, la iniciativa no ha estado exenta de críticas que apuntan a la enorme interdependencia entre los propios ODS e, inclusive, que los 169 targets que se han definido son numerosos.

En el análisis de los objetivos, existen dos puntos sobre los que merece la pena hacer una reflexión: 

  • Plazo de actuación

Si bien es verdad que los grandes retos globales no pueden ser acometidos con soluciones rápidas y sin estrategia previa, existen objetivos que quizás no admitan una espera de 15 años para ser abordados, y se conviertan en un gran problema antes de 2030.

¿Dispone la humanidad de 15 años para revertir los graves efectos del cambio climático o del consumo y producción no sostenibles? En mi opinión, estos retos parece que requieren de acciones contundentes a corto plazo.

  • Planteamiento

El segundo elemento tiene que ver con el propio planteamiento de la iniciativa. La consecución de los ODS no puede llevarse a cabo sin la necesaria implicación de los gobiernos de las naciones y también de otros agentes como universidades e instituciones.

Así pues, urge incorporar el reto de los ODS en las políticas de los países para garantizar el éxito del plan. En España, por ejemplo, el Gobierno creó en junio de 2018 un Alto Comisionado que se encargará de la coordinación de actuaciones para el cumplimiento de la Agenda 2030. Con este mismo objetivo surgió el Baltic 2030 Action Plan, que agrupa a los 11 países bálticos. No obstante, parece a todas luces que son pocos los pasos dada la magnitud de los retos proyectados.

¿Cómo pueden contribuir las TIC?
Tanto las tecnologías establecidas como las emergentes tienen un amplio grado de aplicabilidad a los distintos ODS. La ITU ha definido 11 líneas de acción que van desde las infraestructuras, los e-health, e-learning o e-science y su impacto en los ODS. Sin embargo, es en las tecnologías emergentes donde podemos encontrar casos de uso disruptivos y con impacto directo.

Por ejemplo, aplicando la tecnología Blockchain sería posible controlar toda la cadena de suministro de alimentos y mejorar los costosos esfuerzos de recuperación de alimentos que, en ocasiones, son necesarios para detener la propagación de enfermedades.
En esta misma línea, la Inteligencia Artificial también puede contribuir a revertir el contagio de enfermedades y, con ello, reducir dramáticamente la carga de infraestructuras de salud pública con recursos limitados en todo el mundo.

En el ámbito medioambiental, contemplado desde varios puntos de vista en los ODS, organizaciones como: “The Plastic Bank” ofrece tokens digitales asegurados por Blockchain para el intercambio de plásticos reciclados. Su objetivo es detener el flujo de plástico en nuestros océanos recompensando a quienes reciclan.

Estos son algunos de los ejemplos de cómo la tecnología puede ser una gran aliada para que el ambicioso proyecto de los 17 ODS impacte en el planeta.
 

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