El Chisme, la reputación y cómo los rumores acaban con carreras profesionales.
“No es lo que la gente diga de ti, sino lo que murmuren” – Errol Flynn.
La gente disfruta de un buen chisme; desde las metidas de pata de las celebridades hasta los escándalos políticos, si pudiéramos aprender algo de nosotros mismos tomando en cuenta lo que se convierte en noticia. Aunque muchas personas condenen al chisme como calumnia o rumor malintencionado, la reputación personal puede tener serias consecuencias en su carrera profesional.
¿Qué es Reputación?
Para poder entender cómo un chisme puede afectar la carrera profesional, tenemos que entender el concepto de reputación.
La personalidad se compone de dos partes: identidad y reputación. Identidad es la personalidad “desde adentro”, cómo nos percibimos nosotros mimos. Debido a que creamos nuestra identidad, esta cambia a lo largo del tiempo y no es necesariamente reflejo de la realidad. De hecho, la manera en cómo nos percibimos esta modestamente correlacionado con la manera en cómo nos ven los demás. Diferencia importante que discutiremos más delante.
La reputación, por otro lado, es la personalidad “desde afuera”, cómo nos perciben los demás. Es fácil medirla y tiende a permanecer estable a través del tiempo. Ya que la mejor manera de predecir el comportamiento futuro es la conducta pasada, la reputación es un predictor muy útil del futuro desempeño laboral.
Hogan mide la reputación a través de dos dimensiones:
El lado brillante de la personalidad, que es lo que las personas observan cuando estamos en nuestro mejor nivel o momento. Puede determinar el estilo de liderazgo, el juicio y nuestra habilidad para llevarnos bien y salir adelante.
El lado obscuro de la personalidad consiste en las características que pudieran considerarse fortalezas en circunstancias normales pero que se vuelven obstáculos debilitantes de nuestra carrera bajo condiciones estresantes.
Conversación educada o amable.
Al antropólogo británico Robin Dunbar se le atribuye la idea de que el lenguaje evolucionó como un mecanismo para suavizar la interacción social y que la conversación entre los humanos reemplazó al acicalado social de los chimpancés. El conversar ayuda a fortalecer los lazos sociales.
En los 70´s, un grupo de psicólogos quienes estudiaban la conversación normal, descubrieron que el chisme representa alrededor del 70% de las conversaciones. Por lo tanto, si la conversación evolucionó como una forma de fortalecimiento de los lazos sociales y el 70% de las conversaciones se centran en torno al chisme, entonces es lógico pensar que el chisme es un mecanismo social importante.
El chisme es un mecanismo social orientado a crear a un acuerdo común sobre la reputación de otra persona. El chisme nos dice en quién podemos confiar. Por otro lado, la posibilidad de adquirir una mala reputación sirve para controlar las tendencias egoístas de las personas; el chisme funciona como un mecanismo de control social.
Mala Reputación.
No es sorprendente para nadie que haya asistido a la preparatoria o que haya vivido en una ciudad pequeña que el chisme sea una parte importante de la interacción social, pero la mayoría de la gente sigue considerando al chisme de oficina como algo poco menos que un cubetazo de agua fría o una difamación; algo que seguramente la gente honrada evitaría. Estudios recientes prueban lo contrario.
Investigadores del Instituto Max Planc de Biologia Evolutiva condujeron un experimento en el que usaron la conocida teoría del juego en donde dos personas interactúan y cada una tiene la opción de competir o cooperar. Si ambos cooperan, ambos ganan, mientras que si una persona compite, mientras que el otro colabora, el egoísta gana incluso más.
En este estudio, los participantes tanto egoístas como cooperativos, fueron provistos de la información de la reputación del otro. Como era de suponerse, si una persona esperaba interactuar con alguien que tenía una reputación de egoísta, se comportaban egoístamente pero cuando una persona esperaba interactuar con alguien cooperador, presentaban una tendencia a cooperar.
La verdadera noticia de este estudio, sin embargo, se refería a un aspecto en particular. En algunos casos, los investigadores proveyeron a ambos participantes con la información sobre el comportamiento y una descripción de la reputación de la otra persona. Los participantes invariablemente, creyeron en los rumores en lugar de en los datos.
Como autor principal, Ralf D. Sommerfeld señalo en un artículo del New York Times del 2007: “Si sabes que tienes toda la información de alguien, racionalmente, no debería de importarte mucho lo que alguien más te diga de esa persona. Es posible que estemos más adaptados a escuchar otra información que observar a las personas, debido a que generalmente no somos capaces de observar cómo se comportan los demás. Así es que podemos llegar a creer que hemos pasado algo por alto”.
Asesino de Carreras.
Una mala reputación puede afectar su carrera en tres niveles:
Con tus empleados: más de la mitad de la gente que actualmente ocupa posiciones de liderazgo, fallará debido a que son incapaces de construir y mantener un equipo de alto desempeño. Si usted tiene una reputación de “microadministrador” o de ser volátil emocionalmente, sus empleados estarán menos dispuestos a confiar en usted y seguirlo.
Con sus compañeros de trabajo: la habilidad para formar relaciones productivas o desarrollar competencias interpersonales es algo crítico en el moderno ambiente laboral. Una mala reputación puede hacer que sus compañeros de trabajo se cansen de lidiar con usted, lo cual obstaculizará tu desempeño.
Con su jefe: como muestra el estudio antes presentado, tu jefe prestará más atención a tu reputación que a la información sobre tu desempeño. Una mala reputación te puede alejar de conseguir un aumento o una promoción.
El chisme es una parte esencial en la interacción social y no es sorpresivo para cualquiera que haya estado en la preparatoria o haya vivido en una ciudad pequeña.
Entonces, ¿cómo es que uno puede administrar su reputación? La respuesta es tener conciencia de sí mismo.
Para mucha gente existe una gran diferencia entre su identidad y su reputación, cómo ellos se ven es contrario a cómo lo hacen los demás. Esta diferencia les hace ignorar la retroalimentación, negar sus deficiencias y finalmente, estancar o descarrilar su carrera.
Las evaluaciones de personalidad y la retroalimentación le pueden proveer un claro entendimiento de su reputación y de las características y comportamientos que contribuyen en generarla. Este poderoso conocimiento le permite a la persona hacer ajustes e implementar cambios conductuales para administrarse a sí mismos.
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