#Periodismo por periodistas. Así debe enseñarse esta profesión.

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Por: Carlos Ares, fundador de TEA. 

Ryszard Kapuscinski acertó al decir que “para ejercer el periodismo hay que ser buenos seres humanos”. Una frase por demás cierta y que confirma por qué nuestra profesión requiere no solo una elevada pasión por el trabajo, sino también, un alto sentido de la ética y el compromiso de dar a conocer, a través de investigación y análisis, la verdad de lo que ocurre en el mundo.

Al reflexionar acerca del papel del periodista en la sociedad (sin importar la época, lugar o contexto) encuentro que su figura es la de intermediario entre el poder y los ciudadanos. Y es que a través de su inteligencia, agudeza y perspicacia es capaz de plasmar, en una página en blanco, mensajes que pueden traer y despertar la conciencia en la opinión pública.

Con el avance de la tecnología, su trabajo también ha evolucionado. Hoy, por ejemplo, internet le brinda acceso al conocimiento al alcance de un click; mientras que los dispositivos móviles fungen como agendas, grabadoras de voz, cámaras de videos o fuentes de consulta; al mismo tiempo que la interconectividad permite enterarlo o poder informar -en tiempo real sin y importar dónde se encuentre- un hecho al mismo tiempo que está ocurriendo.

 

En definitiva, la era digital vino a modernizar y mejorar su trabajo de tal forma que hoy el periodista mantiene su importancia como pieza clave del cuarto poder, siendo el escritor de la primera versión de cualquier historia, apoyado ahora por la tecnología para potencializar -aún más- el impacto de su labor.

 

Pero, ¿qué sucede con las nuevas generaciones que buscan formarse en esta profesión? Para responder a esto basta ubicar a los periodistas que hoy ocupan posiciones cada vez más relevantes en distintos medios, ya sea en grandes cadenas de televisión, radio o prensa; además, por supuesto, de sus propios canales digitales. Ellos son los que generan en los jóvenes una gran influencia.

 

En poco más de tres décadas en los que he participado en la enseñanza de esta carrera he sido testigo de cómo los estudiantes se sienten cada vez más atraídos

por una formación que los lleve a ser no solo agentes sociales y promotores de la verdad, sino también, en la que la tecnología ocupe una mayor relevancia.

Aunque este es el camino que debería tomar el futuro del periodismo, desafortunadamente, la realidad en Latinoamérica apunta a una escasa oferta general de instituciones educativas serias y especializadas que ha derivado en un estancamiento en la formación de nuevos profesionales convencidos de su labor.

Sin embargo, con el reciente impulso que ha tomado la educación en línea por la contingencia sanitaria, la preparación de periodistas en la región parece haber encontrado un nuevo modo de extenderse y popularizarse. Y esta vez no solo desde un punto de vista local, sino desde un enfoque multicultural y formativo que amplía su conocimiento y, también, las posibilidades laborales.

¿Qué hacer, entonces, ante este panorama? Sencillo: la forma de enseñanza también tiene que evolucionar.

Hacia una educación en línea

En Argentina, hace 35 años, fundamos TEA. Nacimos como un taller para periodistas en vista de que -en aquellos años- no existía una carrera especializada para este tipo de formación. Desde aquél entonces entendimos que esta es una disciplina que aunque debe mantener -permanentemente- la ética, pasión y el compromiso por el trabajo; también debe ser flexible y adaptable a las nuevas tendencias de comunicación que van apareciendo.

Al respecto, la digitalización ha alcanzado también a la enseñanza. Con la reciente contingencia sanitaria, la educación on line ha tomado impulso como un recurso para continuar con la formación escolar. Para nosotros esta situación representa la oportunidad de llevar nuestro conocimiento a más jóvenes no solo en nuestro país, sino también, de extenderlo a otros territorios.

Por ello estamos convencidos que el desarrollo de programas de educación online, especializados en periodismo, son una alternativa ideal para que los jóvenes sean capaces de generar, analizar y comunicar información de forma precisa, profesional y adecuada para distintos medios.

Eso puede lograrse a través de la combinación de distintos elementos: no solo del conocimiento que  comparte la institución, sino además, de la experiencia y disposición que tengan los profesionales encargados de las clases. A su vez, es necesario perfilar materias que se adapten a las últimas disciplinas, además de la construcción de contenido para plataformas digitales y redes sociales.

Bajo nuestra perspectiva, la deuda educativa que hoy se mantiene en la formación de periodistas en la región puede reducirse, siempre y cuando, se adopte a la tecnología como un elemento básico para acompañar a la enseñanza. Algo que, sin duda, dará a los muchachos mayores posibilidades en el campo laboral y les permitirá, incluso, autoemplearse en sus propios medios de difusión.

Tal como lo dijo Kapuscinski, “el deber de un periodista es informar, de manera que ayude a la humanidad y no fomentando el odio o la arrogancia”. Desde TEA alzamos la mano para seguir promoviendo, de esta forma y apoyados por la tecnología, la enseñanza de esta hermosa profesión en América Latina.

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