La población económicamente activa en México alcanzó el 62% entre los más de 126 millones de ciudadanos de acuerdo al Censo 2020 del INEGI. La fuerza laboral se traduciría en 72 millones de trabajadores, los cuales están repartidos en distintas actividades económicas con necesidades de empleo compartidas, similares y específicas.
Una de esas necesidades compartidas es el uniforme. La ropa laboral no sólo es una extensión de la imagen corporativa, también es un elemento importante en el rendimiento del trabajador. En 2019, nuestro país importó un total de 950.74 millones de dólares en materia de uniformes de acuerdo a UN-COMTRADE, una base de estadísticas de comercio internacional.
Lo anterior demuestra lo importante que es para las empresas nacionales destinar recursos económicos a la adquisición de vestimenta laboral.
Los sectores clave del mercado de uniformes
En el estudio Uniform Landscape in Mexico 2020, elaborado por la red de investigación Euromonitor en coordinación con la marca de ropa de trabajo Dickies, se encontró que las industrias del transporte y la manufactura, son dos de las más importantes para el negocio de los uniformes en nuestro país.
Euromonitor resalta que la manufactura y el transporte representan el 50% de la fuerza laboral de México. La fabricación de automóviles, alimentos, equipos tecnológicos y prendas de vestir son las categorías más importantes del sector industrial en cuanto a número de empleados.
La investigación también descubrió que el 70% de los trabajadores de operación en el sector manufactura requieren de uniformes, y en el transporte es del 50%. Mientras que en los empleados administrativos y directivos, los porcentajes se ubican 15% y 10% respectivamente.
Mejor vestimenta, mejores resultados
Una plantilla vestida con la indumentaria correcta está mejor preparada para acatar con mayor confianza sus responsabilidades. Las compañías con una alta exigencia de uniformes deberán repensar en la calidad de la ropa como un financiamiento interno que tendrá impacto positivo.
“El uniforme es más que una simple combinación de prendas, es una herramienta que asegura que el cuerpo del trabajador operará con mayor productividad. Es una inversión rentable en términos de resultados, sobre todo en empresas tan dinámicas como las manufactureras y transportistas”, dijo Rosa María Eseverri, directora de Marketing de Dickies.
El factor T-MEC y sus efectos benéficos a largo plazo también jugarán un papel importante. Los dos sectores podrían crecer en términos de empleos, y por consecuencia también las necesidades del trabajador. Conforme ambas industrias suban sus niveles de profesionalización (en especial la del transporte) la exigencia de vestimenta también lo hará.